Con Covid-19 o sin crisis, siempre hay formas de mejorar nuestras finanzas.
Debido a la dura situación mundial que estamos viviendo, probablemente algunos de ustedes mantienen un trabajo pero con horarios reducidos, mientras que otras personas se encontrarán con desempleo. También es posible que se encuentren en un empleo temporal, por proyecto o que los hayan mandado a casa con un permiso pero sin goce de sueldo.
Sin más preámbulo, aquí te dejamos nuestros consejos:
Reduce el costo de tu recibo de electricidad.
Como sabrás, el contador de uso se mueve según el consumo de energía. Es por ello que si logramos reducir el consumo, el costo se reducirá proporcionalmente.
En la medida de lo posible trata de sustituir todas los focos o bombillas de luz por tecnología LED, apaga la luz cada que salgas de una habitación y cuando no la estés utilizando ni la vayas a utilizar, da prioridad al uso del ventilador en lugar del aire acondicionado y si el clima lo permite abre las ventanas. En caso de que tengas otros electrodomésticos como tostadora, cafetera, microondas, aspiradora, lavadora, secadora y lava trastes entre otros, trata de desconectarlos / desenchufarlos cuando sea prudente y no los estés necesitando.
Reduce el costo de tu recibo de agua.
Al igual que la electricidad, el costo del agua depende del consumo, y reducirlo significará pagar menos por ella.
Al lavarse las manos, los dientes y ducharse / bañarse, trata de no dejar la llave abierta cuando no sea indispensable. De la misma manera al lavar los trastes, la ropa o cualquier otra cosa, es recomendable hacerlo para un conjunto más que para un solo objeto, de tal manera que aprovechemos el recurso. Finalmente, fijarnos y estar al pendiente de que no hay fugas de agua, sobretodo en el baño. Y claro está, cuidar y dar mantenimiento continuo al lugar en donde vivimos.
Reduce el costo de tu recibo de internet / teléfono.
En este tema depende de si estamos o no enganchados con una compañía o no. Si la situación lo permite, es buena práctica estar al pendiente de la competencia, ya que siempre salen promociones con mejores precios y mejores prestaciones.
Es aconsejable conocer el uso de datos que hacemos al mes, así como el número de dispositivos con los que cuenta el hogar en total. Una vez que tenemos la información clara a la mano, es más fácil negociar con nuestro proveedor actual o con el siguiente.
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Reduce el costo de tus seguros.
Al igual que el internet y el teléfono, siempre hay oportunidad de obtener buenas o mejores propuestas por parte de los competidores. Aquí también es posible negociar con la compañía actual para que te igualen la propuesta de otros.
Junto con lo anterior, también es recomendable analizar si es más rentable y menos caro unificar todos tus seguros con una sola compañía. En la medida de lo posible, trata de juntar tu seguro de gastos medicos mayores con el de vida, y tal vez con el de auto y casa, y cualquier otro seguro que tengas.
Reduce el costo de tus tarjetas de crédito.
Si no estás endeudado, comunícate a tu banco regularmente cada 6 meses, para solicitar un incremento en tu línea de crédito y una reducción de tu tasa de interés. Ambas acciones te ayudarán a mejorar tu calificación crediticia.
Si no tienes tarjeta de crédito, aplica para una tarjeta prepagada o de prepago, ésta te ayudará a generar un historial crediticio y facilitará tu aprendizaje para manejar un producto de este tipo.
Si estás endeudado, trata de negociar con el banco una tasa de interés menor o una reestructuración de tu deuda. También existe la opción de consolidad la deuda con un préstamo personal, con una tasa de interés más baja a la de la o las tarjetas. Finalmente, trata de investigar si existe algún banco competidor que esté dispuesto a transferir tu balance o balances y ellos hacer la consolidación o reestructuración.
Cancela las suscripciones que no utilices.
Hoy más que nunca existen miles de servicios en internet o físicos por los que pagamos una suscripción mensual o anual. Seguramente habrá una o varias que no sean indispensables en este momento, por lo que nuestra recomendación es siempre conocer qué estamos pagando, cuándo, cuánto nos cuesta y por qué seguimos inscritos.
Planea tu presupuesto.
Crear un presupuesto puede ir desde lo muy general, hasta lo muy particular. Lo importante es que lo empieces, y que lo actualices siempre que sea necesario. Los puntos principales son enlistar todos tus ingresos provenientes de todas tus fuentes para saber con cuántos recursos cuentas, después, tus gastos (renta / hipoteca, préstamos, coche / transporte, servicios para el hogar, seguros, alimentos). Cabe destacar que no todos los gastos son indispensables ni obligatorios, existen algunos que son menos importantes y hasta opcionales.
Te darás cuenta que algunos gastos no varían mucho mes a mes, mientras que otros dependen mucho de tu estilo de vida y comportamiento de consumo. Un ejemplo claro es comidas en restaurantes contra alimentos preparados en el hogar. A veces es posible automatizar algunos de estos gastos con el incentivo que a cambio nos darán un descuento o nos vamos a ahorrar algún dinero.
Siempre que tengas alguna duda de dónde estás parado financieramente, revisa tu presupuesto y analiza si es posible hacerle mejoras o si requiere cambios. Trata de no gastar arriba de tus posibilidades y de ahorrar siempre que sea posible, para posteriormente invertirlo y lograr así algún día ser verdaderamente adinerado - y tu independencia financiera.
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* El artículo original 11 ways to save money every day fue escrito (en inglés) por Dori Zinn.
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